La preparación psicológica para cualquier deporte si bien no se
consigue de un día para otro, sí que si la planificamos y la
empezamos a llevar a cabo dentro de un período determinado, nos
puede empezar a dar resultados.
La cuestión es prepararse planificando los entrenamientos de
una forma conjunta, el físico y el mental, ya que los dos aspectos
están ligados íntimamente y no se pueden concebir el uno sin el
otro, durante los entrenamientos es importante tomar consciencia
de lo que nos ocurre mentalmente cuando vamos a correr y mientras
corremos y corregir los errores de pensamiento, las ansiedades,
los bloqueos, a través de diferentes técnicas, durante el reto
o prueba, hay que poder poner en práctica de forma automática
todo lo que hemos entrenado (el éxito del entrenamiento es poder
automatizar una serie de actuaciones a tener en cuenta para controlar
los aspectos mentales desadaptativos, que nos hacen bajar el
rendimiento y poder neutralizarlos ) y por último y no por ello
menos importante hay que aprender a tomarse un tiempo de valoración
de los resultados obtenidos en función de las expectativas y saber
celebrar las metas alcanzadas.
Para planificar bien es importante:
- Establecer qué objetivos queremos alcanzar y en cuanto tiempo
- Tener un nivel de expectativas que concuerde con los objetivos
- Que el tiempo sea asumible de una forma realista
A nivel emocional hay que tener en cuenta:
- Las motivaciones que nos mueven para el proyecto que suelen ser de dos tipos, como en el caso de Carles: motivaciones externas (el proyecto humano que realiza, darse más si cabe a conocer como atleta y como profesional radiofónico, dar a conocer la asociación por la que corre y su situación, la motivación económica en caso de existir...). Y las motivaciones internas (aspectos más personales, como porqué se corre, que metas personales se persiguen o qué aspectos personales se pretenden mejorar con la práctica deportiva, qué aspecto de la práctica deportiva es el que me proporciona placer... por ejemplo, el riesgo, la resistencia, la potencia, etc.; ya que son aspectos que habría que calibrar. Por ejemplo: puede ser que un deportista se mueva por el placer a la resistencia y no sepa parar antes de que corran peligro sus constantes o un deportista que le guste el riesgo que tenga problemas para atender a los aspectos de seguridad de su deporte…
- También es un ejercicio importante analizar estas motivaciones porque muchas de ellas las volvemos inconscientes por diferentes razones, pero sea como fuere tener presente lo que hay en nuestra emocionalidad, nos ayuda a controlarlo mejor, a hacernos más fuertes.
- Hay que tener en cuenta también que muchas de estas motivaciones son un arma de doble filo, ya que se pueden convertir en PRESIÓN y en el caso que no se consiga el objetivo en frustración-desequilibrio y mal resultado final (bajón en el rendimiento).
Finalmente es muy importante el aspecto material:
- Qué voy a necesitar para realizar el reto? En este caso, material, medicación si la necesito, revisiones médicas o tratamientos de lesiones anteriores, patrocinadores, como en este caso , entrenadores, material técnico, material isotónico, etc..
- Y como ya hablaremos más adelante PREVENIR los inconvenientes que me puedo ir encontrando: por ejemplo, de terreno, de rutas, climatológicos, de calendario, aspectos familiares que pueden suceder mientras realizo el reto (por ejemplo, enfermedad de un familiar o el nacimiento de un hijo) todo para poder controlar los aspectos que sea posible (cambiando fechas o lugares donde hacer el reto, o utilizando un material u otro). Hay que tener en cuenta que cuantas más cosas controlamos menos imprevistos y desequilibrios podemos sufrir durante nuestra prueba.
A partir de esta toma de conciencia sobre la globalidad de un reto
como este es que podemos empezar con los entrenamientos, que más
adelante detallaremos. Pero como comienzo podemos decir que hay
que entrenar imaginando que es el día de la prueba y que todo lo
que a uno le está pasando por la mente (y físicamente) también le
puede pasar el día D. Por ejemplo: Hay que huir de pensamientos
como: “Hoy está lloviendo mucho, como estoy muy cansado del
trabajo y estos calcetines me aprietan voy a dejarlo por hoy, ya no
puedo más. Además aún me quedan 10 entrenamientos hasta el reto,
cuando esté preparado esto no me pasará”.
Este pensamiento, nos indica que se está posponiendo el
entrenamiento en realidad y que no se está afrontando una situación
desequilibrante o perturbadora que el día del reto si no hemos
soportado nunca nos hará rendir menos. Por lo tanto hay que entrenar
todas las posibilidades de situaciones que nos podemos encontrar,
hay que salir cuando llueve, probar diferentes materiales de textil,
de zapatillas, diferentes bebidas isotónicas, a diferentes horas del
día, cuando se está muy cansado, cuando no, cuando se tiene prisa
porque luego se tiene una cita, y cuando no, variar, probar... para
conocerse y conocer todo lo que nos favorece y lo que nos entorpece.
Luego iremos analizando cada aspecto, pensamiento, sensación,
situación e intentaremos ir tachando de la lista lo que necesitamos
y lo que desechamos física y mentalmente para el día de la
prueba poder hacer este ejercicio de forma automática.
Sabrina Caamaño
Psicóloga Integral y Deportiva
Col.Num 17. 445
Clínica Esportiva Ianes- Barcelona