Para
empezar un entrenamiento mental es imprescindible ser conscientes de
hasta qué punto nuestra mente interviene en fenómenos que se
producen en el cuerpo. Como bien ya apuntaban los clásicos:
“Mens sana in Corpore Sano”, cuerpo y mente se integran para dar
forma a lo que somos, y concebir solamente una parte de lo que somos
nos limita, nos debilita y nos aleja del éxito. Para llegar a un
estado óptimo de rendimiento debemos tener en cuenta todos los
aspectos que nos conforman, ser conscientes de ello y así poder
conocer, controlar y dirigir mejor nuestras vidas, objetivos
deportivos, retos...
Olvidar
el aspecto psicológico en los entrenamientos del día a día es un
error muy fácil de cometer y que nos pasará factura en la carrera.
Para
entrenarlo existen diferentes técnicas, pero la idea que tenemos que
tener presente, si no contamos con el apoyo del psicólogo
deportivo, es la de poder captar y almacenar lo que está
ocurriendo en nuestra mente mientras realizamos nuestra actividad, es
decir, hacer conscientes las sensaciones, pensamientos,
percepciones y cambios que vamos experimentando durante todo
el entrenamiento, al igual que estamos pendientes de los aspectos
físicos como la frecuencia cardíaca, la temperatura, la respiración
la hidratación, etc.
Será
toda esta información la que nos dará las claves para superar los
obstáculos mentales el día de la competición, nos preparará para
mantener el equilibrio cuerpo-mente y nos ayudará a aumentar
el rendimiento.
Se
trata de identificar y darnos cuenta de lo que percibimos, sentimos y
pensamos y luego cómo lo resolvemos.
Pondré
un ejemplo muy sencillo para explicar cómo debemos realizar este
entrenamiento mental:
En
un determinado punto del recorrido o tiempo “Me siento
exhausto” (SENSACIÓN FÍSICA)
“No
voy a poder acabar lo previsto” (PENSAMIENTO NEGATIVO IRRACIONAL)
“Voy a dejarlo por hoy” (RESOLUCIÓN o DECISIÓN).
Este
primer paso de identificación es muy importante y es el más difícil
de aprender, pero una vez hemos podido hacerlo lo único que nos
falta es sustituir los pensamientos negativos por pensamientos
REALISTAS O RACIONALES (no positivos).
Siguiendo nuestro ejemplo sería:
“Me
siento exhausto” (SENSACIÓN FÍSICA)
“Voy
a intentar acabar, aunque sé que tendré que hacer un esfuerzo mayor
que otras veces” (PENSAMIENTO RACIONAL Y REALISTA) (Aquí hay
que aclarar que los pensamientos tipo “Yo puedo con todo, soy el
mejor”... Aunque nos pueden dar ánimo en un momento puntual, al no
ser realistas van perdiendo su intensidad a medida que van pasando
los días, y si no los controlamos nos pueden generar expectativas
demasiado elevadas que luego nos frustraran si no conseguimos
alcanzarlas “Voy a seguir ” (RESOLUCIÓN o
DECISIÓN).
Si
podemos realizar este ejercicio y vamos corrigiendo nuestros errores
de pensamiento durante los diferentes entrenamientos y nos vamos
acostumbrando a hacerlo, esto nos ayudará en las competiciones de
una forma que no imaginamos ya que un pensamiento negativo actúa
directamente sobre nuestro físico, desequilibrando las variables
físicas que tenemos que controlar ( la ansiedad nos sube la
frecuencia cardíaca, el tono muscular, el nivel de
sudoración-deshidratación). Si podemos controlar la mente,
estaremos manteniendo a raya también el cuerpo de manera que cuánto
más control tenemos, más optimizamos los recursos de los que
disponemos y más aumentamos nuestro rendimiento y resultado final.
De
lo que se trata, pues, es de poder ir entrenando todos estos aspectos
psicológicos desequilibrantes al mismo tiempo que entrenamos los
físicos, utilizando nuestro máximo potencial.
Todo
entrenamiento mental consta de diferentes aspectos a trabajar:
- PLANIFICACIÓN DE LOS OBJETIVOS/METAS (a nivel de temporada y a nivel de carrera, por etapas: deben ser realistas y viables)
- AUTOREGISTROS ( En los entrenamientos físicos, igual que nos apuntamos tiempo y frecuencia cardíacas, hay que apuntarse o fijarse en el tipo de pensamientos y sensaciones que nos asaltan durante el ejercicio a lo largo de las diferentes fases de entrenamiento)
- IDENTIFICACIÓN / SUSTITUCIÓN DE PENSAMIENTOS NEGATIVOS (después de analizar los auto-registros, se trazan estrategias según los resultados).
- ENTRENAR HABILIDADES PSICOLÓGICAS (Técnicas de relajación, concentración, focalización de la atención...)
- EJERCICIOS DE CALENTAMIENTO (mientras se calienta establecer ejercicios de relajación y concentración)
- TÉCNICAS DE AUTOMOTIVACIÓN (palabras, rituales, imágenes…)
- PRÁCTICA IMAGINADA ( Analogías imaginadas de la situación deportiva )
- VISUALIZACIÓN (de movimientos ejecutivos, de imágenes motivadoras)
- CONCENTRACIÓN EN LA TAREA ( DISTANCIAMIENTO EMOCIONAL)
- REEVALUACIÓN POSITIVA DE LA SITUACIÓN
Todas
estas técnicas se pueden y se deben entrenar del mismo modo que se
entrena la resistencia física, ya que ayudan a tener también más
resistencia y agilidad mental.
Cada
estrategia se puede llevar a cabo de diferentes maneras según
el deporte y las características, preferencias o nivel de cada
persona, por lo que es preciso escogerlas, combinarlas y
adaptarlas al máximo a cada caso concreto.
Podéis
empezar observando qué os pasa por la cabeza en cada momento,
analizad lo bueno y lo malo y sacad el máximo partido a vuestra
parte mental.
Hay
que tener en cuenta que, antes de cualquier intervención se ha hecho
una evaluación de diferentes aspectos de la personalidad de manera
que paralelamente al trabajo de entrenamiento veremos cómo aspectos
de nuestra personalidad están influyendo en la manera en qué
afrontamos nuestra vida y el deporte, como parte de ella. Y cómo,
siendo conscientes de ciertos aspectos podemos mejorar la resolución
de diferentes situaciones vitales.